domingo, 3 de agosto de 2014

VOLVER...

Volver a Sevilla es volver a sentirme viva.
Llevaba cerca de un mes con la sensación, presentimiento o ganas, llamémoslo como queramos... De que Julio sería mi mes, que algo bueno llegaría a mí, después de este medio año "sin definir"... 
Y es que el destino, la vida, Sevilla, o las 3 cosas juntas, me brinda una segunda oportunidad en la ciudad que tanto amo, que aún sin sentirla todo este tiempo, cada vez que la nombran, algo dentro me da un pellizco que tengo que controlar mis lágrimas, no sé qué me dio, pero se ganó mi corazón... 
Es una oportunidad, como otra de las que han ido pasando, ni más ni menos, en todas he dado todo de mí, todo, aunque haya quien con sus prejuicios le coman más las ganas de criticar que de razonar.
Pero esta oportunidad, sin menospreciar las anteriores, porque todo pasa por algo, llega en un momento en el que, en mí, es sinónimo de salvación, libertad, necesidad... 
Mis ganas van con la firme convicción de que sea para un largo período de tiempo, que esta sea la definitiva y que deje los malos pensamientos y penas por un largo tiempo, pero nunca se puede evitar pensar que pueda salir mal y tener que empezar de cero...
De la mano de esta buena noticia viene también la recuperación de mi padre, los buenos resultados que, después de pasar 4 meses como 4 interminables años, por fin hace que salga el sol y los nubarrones desaparezcan.
Creo que nunca he estado en la situación en la que me he encontrado estos últimos meses, han sido varias cosas las que se me han ido juntando, sin apenas tiempo para asimilarlas... Sin duda 2014 será inolvidable, será un año que recordaré como agridulce. Un año de estos chulitos, de estos que te cogen la palabra y te dicen... "¿Qué no puedo ser peor que el 2013? ¡Toma!" 
Siempre confié en que mi Nueve estaría ahí, le siento conmigo, no hay un día que no la piense. Que tenía que pasar por algo así para valorar lo bueno, supongo, aunque haya otras personas que nunca lo valoren, que sean tan egoístas que solo se vean a ellas, y después de ellas su reflejo y no se den cuenta del daño que hacen. Pero yo no quiero ser así.
Aparte de lo malo, también estoy feliz porque he vuelto a unirme a amistades que creía perdidas, y gracias a ellas, las cosas parece que duelen menos. 
Aunque no lo diga, valoro todo y lo demuestro. No soy de "te quieros", pero soy de "estoy ahí ahora mismo", que es lo que yo valoro, y por ello lo hago. 
Las palabras sin hechos son como un refresco después de pasar 1 hora en un vaso con hielos.
2014 me ha hecho cerrar círculos con algunas personas que creía que estarían ahí, y abrir círculos con otras con las que los creía cerrados para siempre.
Y ahora me veo en Sevilla, mi Sevilla, de la que tan bien hablo, la que me hace llorar con sólo oír su nombre, con trabajo, con una sonrisa, durmiendo sin darle vueltas a las cosas... y me siento feliz... ¿Quién me iba a decir esto hace poco más de 1 mes?
La vida da muchas vueltas, así que da lo que recibes, e incluso a veces, da más.











Amanda Hernández Hernández