jueves, 15 de septiembre de 2011

Bienvenidos a las estrellas, por que debe haber, probablemente, más estrellas que granos de arena existen en todas las playas del globo terrestre.


Sonríe, olvida tus problemas, haz que el resto se pregunte el porque de tu felicidad, dale envidia a los tristes y rabia a los felices. Aprovecha todas tus oportunidades, nunca se sabe si volverán a aparecer.
Sé tú, no intentes ser diferente, nadie es mejor ni peor, todos somos únicos. 
Llora, pero de felicidad, no te dejes hundir en la miseria por cosas o personas que no valen la pena. 
Salta, lo más alto que puedas, no te avergüences si te caes, nadie va a morir sin caer. 
Grita, todo lo que sientes, que no te importe lo que puedan pensar los demás.
Siente, como el tiempo pasa y tú no te desvaneces como los relojes de arena.
Vive, y deja vivir, ¿a caso no estamos aquí para hacerlo?
Quiere, a quien menos se lo merezca, será quien más lo necesita.
Vive soñando, que al fin y al cabo es lo que nos gusta a todos.
Recuerda lo bueno y lo malo, unas cosas son agradables, y las otras experiencias.

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Soy orgullosa, y me callo muchas cosas que me gustaría decir. 
No me gustan las películas de risa fácil y no soporto las personas hipócritas.
Me trago demasiadas palabras de las que escuecen y, luego, no puedo evitar esa explotación típica de los que solemos acumular de todo aquello que no puede contenerse. 
Cojo cariño fácilmente a las personas, aunque ni lo diga, ni lo muestre demasiado. 
Tengo una forma especial de demostrar que me importa la gente. 
Amo los pequeños detalles de la vida. 
Soy muy perezosa e inestable.
Me da rabia que me hagan callar. 
Cambio de humor diez veces al día. 
Me podrás encontrar soñando despierta en mi habitación, con mi música sonando y mi mente en otra parte.
Pero sobretodo, lo que más me gusta, es la gente que me sonríe.

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Ya sólo me interesa ser una mujer buena, las buenas personas, conocer el dolor de la gente y ver si puedo aliviar de algún modo ese fardo. 
Ya sólo me interesan los amigos que suman, los besos que restan penas, las caricias que se dan porque sí, los corazones envueltos para regalo, el amor sin facturas de mis padres y la bondad azul de mi hermano. 
Ya sólo me interesan las canciones que barren nubes y los poemas que transportan. 
Sí, sólo me interesan las sonrisas que provocan mi sonrisa, los que salen a vivir sin escudo, los que lo apuestan todo a la casilla de la ternura. 
Ya sólo me interesan los bares donde esperan los abrazos, el corazón blanco de los niños, las palabras sin doble fondo. 
Ya sólo me interesan las camisas que se abren para cerrar heridas, decirle a la hormiga que escuche a la cigarra y que los minutos de silencio sean porque estemos besando.

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Supongo que hay varios tipos de miedo:
El miedo que te produce escalofríos, el miedo que te hace gritar, el que te paraliza o te hace correr. El miedo a los fantasmas, a los ruidos raros, a las noches de tormenta o a la oscuridad. 
Está el miedo que te hace llorar, que no te deja sonreír. 
El miedo que te quita las ganas de reír, de caminar, de levantarte, de vivir. 
El miedo a no llegar a ser lo que todos esperan, miedo a fracasar, a no cumplir tu sueño, a perder a la persona que le da vida a tu vida. 
Creo que el miedo no es malo, ni tampoco un defecto; Creo que es normal tenerle miedo a algo. Pero eso sí, vamos a hacer una cosa; Vamos a sonreír, vamos a gritar, pero de emoción. Vamos a llorar de felicidad, vamos a dejar los miedos atrás. No nos preocuparemos por el futuro, porque al fin y al cabo, eso produce miedo. 
Y sí, tener miedo es lo más normal del mundo, lo que no hay que permitir es que el miedo domine tu vida, porque entonces, no tendríamos vida, solo miedo.

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